Fender:”Un campamento de trabajo genial. Una experiencia inolvidable. Hasta pille yo!”
No se me ocurre mejor manera de pasar 15 dias de verano con los colegas. Por unos 70 euros tienes durante dos semanas; comida, alojamiento, actividades, viajes y excursiones, uno o varios trabajos interesantes (si hay suerte), diversion (garantizada), posibilidad de entablar amistades duraderas (casi seguro) y de hasta en contrar tu media naranja (o por lo menos uno o dos gajos de mandarina). Por supuesto, Chelva no nos defraudo y como el año pasado todas nuestras expectativas se vieron cumplidas y en mi caso hasta rebasadas ya que, hasta yo pille!, lo cual es algo bastante insolito teniendo en cuenta que recientemente habia sido galardonado con el titulo al “peor pillador del mundo” ortorgado anualmente por mi cuadrilla.
Este año toco en Chelva, un pequeño pueblo de 2000 habitantes a 70km al Oeste de Valencia, ciudad. La verdad es que el pueblo en si tenia poco que ofrecer a primera vista, muchas colinas, polvo, pedruscos y chelvanas feas. A pesar de no haber siquiera una discoteca donde ir a bailar habia otras atracciones de interes a las cuales sacamos bastante partido, como por ejemplo, la piscina, el bar de La Gitana, el pabellon deportivo, la Playeta y sus cascadas. Tambien disfrutamos de excursiones en las inmediaciones del pueblo, como la ruta del agua y el sendero hasta el acueducto y Peña Cortada. Tambien visitamos Valencia ciudad sonde estuvimos en la catedral y visitamos el Museo de las Ciencias, que estaba bien pero habia tantas cosas que mirar que al final nos perdimos la mayoria. Fuimos un finde a un camping a Alcocebre donde probamos las aguas calientes como el pis del Mediterraneo y nos asamos en unos hornos naranjas de plastico llamados comunmente, tiendas de campaña.
El trabajo consistia en consolidar el terreno en la colina de la torrecilla a base de restaurar y construir hormas. Hasta el penultimo dia nos tocamos las bolas ya que por un fallo logistico no tuvimos las piedras necesarias para realizar nuestro trabajo hasta ya muy tarde. El caso es que el primer dia empezamos a subir cachos de acera en vez de piedras (algun txorra debio de pensar que daba lo mismo) y el camionero que las subia se jodio la espalda ayudandonos a cagar el puto camion y no se recupero hasta una semana despues.
Panorama de los rascacielos de Chelva.
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